Esta noche puedes ponerte aquellas botas y salir de casa. Hundir la suela en la suciedad de esta decadente ciudad y seguir corriendo. Llegar hasta el punto más alto, coger impulso y saltar a través de todo el Paseo.
Llegar hasta las vías del tren y mantener el equilibrio entre sus raíles. Si algún tren se interpusiera en tu camino vuelve a saltar, tan alto que atravieses las nubes y te dejes llevar por las corrientes de aire.
Puedes alcanzar las estrellas, saltar de una a otra, de constelación en constelación. Saludar al Sol escondido tras un planeta deshabitado y seguir corriendo, dar vueltas y vueltas sobre nuestra Luna.
Esta noche puedes correr tanto como quieras, y no te preocupes si caes, porque aterrices donde aterrices, yo estaré allí. Siempre estaré allí.
Autor
- Samuel R
Y mientras mis frágiles huesos se marchitan en este desierto, como piedras que olvidaron su amor y su odio, su verdad y su mentira... es entonces cuando noto una brisa inocente, que trae olores de belleza y libertad.
Es en ocasiones como esa cuando, a pesar del común pesimismo que me acompaña y me hace naufragar, sospecho que el mundo es un sitio hermoso, pero los hombres lo estropean. Siempre lo estropean todo.
(- - -)
-
Ábreme conversación esta noche y te hablaré de mis deseos. De como quiero que las mariposas desenvuelvan huracanes, que el fuego se expanda...
-
La tormenta acabó por destrozarme, por enmudecerme. Mis palabras cayeron desplomadas en el combate. Perdí. Bajé el telón. ¿Y ahora? Ahora ...
-
Bajamos las escaleras y salimos a la calle. La luna seguía donde la dejamos, escribiendo el guión de la noche. Hacia algunos días que habí...
Volteretas en el césped
El movimiento de rotación lunar ha vuelto a su curso. Sobrevivimos a la revolución sideral y ahora el destino nos dio el si, quiero.
El océano vuelve a teñir la costa de alegría con sus aguas cristalinas, y las estrellas emergieron del suelo, para volver a componer la sinfonía espacial del astronauta que vuelve a casa, para dar volveteras en el césped.
El océano vuelve a teñir la costa de alegría con sus aguas cristalinas, y las estrellas emergieron del suelo, para volver a componer la sinfonía espacial del astronauta que vuelve a casa, para dar volveteras en el césped.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)