Cegado por la fiebre que me produce
esta vida desteñida, superficial, limpia y aseada, me dejo caer por las grietas
de mi habitación, inmerso por el éxtasis de la destrucción de supermercados e
iglesias, o incluso de mí mismo, de cometer todas las estupideces que estén a
mi alcance, escupir sobre todos los falsos ídolos, ahogar en la bañera al mundo hasta que deje de respirar.
Porque no hay cosa que me reviente
más que la falsa paz interior, la ingenia satisfacción, lo saludable y
confortable, lo mediocre, lo normal y corriente. No soportaría terminar siendo
una persona al uso, para todos los públicos y sin subtítulos. Jamás.
"No te quedes; vete. Vive y después di que el favor de un loco te dejó vivir"
"No te quedes; vete. Vive y después di que el favor de un loco te dejó vivir"