Quizás sea la hora de no volver a mirar la hora, de arrancar la venda de mis ojos, de salirme del camino que no lleva a ninguna parte y cruzar el río. Quizás sea el momento de dejar de perseguir mis propias huellas como un explorador con miedo a explorar, como un perro con el rabo entre las piernas.
Toca hacer aterrizaje de emergencia antes de la inminente colisión, envolver los abrazos y guárdalos donde no les pueda dar el sol, ignorar todas las citas que no vamos a tener en esta historia que se escribió con el final pensado de antemano.
Las ruedas, aunque torcidas, seguirán girando. Este cuento de despropósitos no parará aquí, no al menos hoy. Te debí olvidar paginas atrás, justo en el renglón donde ponía: “Si una persona se aferra a su pasado, muere un poco cada día…”
Autor
- Samuel R
Y mientras mis frágiles huesos se marchitan en este desierto, como piedras que olvidaron su amor y su odio, su verdad y su mentira... es entonces cuando noto una brisa inocente, que trae olores de belleza y libertad.
Es en ocasiones como esa cuando, a pesar del común pesimismo que me acompaña y me hace naufragar, sospecho que el mundo es un sitio hermoso, pero los hombres lo estropean. Siempre lo estropean todo.
(- - -)
-
Ábreme conversación esta noche y te hablaré de mis deseos. De como quiero que las mariposas desenvuelvan huracanes, que el fuego se expanda...
-
La tormenta acabó por destrozarme, por enmudecerme. Mis palabras cayeron desplomadas en el combate. Perdí. Bajé el telón. ¿Y ahora? Ahora ...
-
Bajamos las escaleras y salimos a la calle. La luna seguía donde la dejamos, escribiendo el guión de la noche. Hacia algunos días que habí...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario